Visitantes de la selva
Durante esta última semana hemos tenido nuevos visitantes de la selva, un par de boas. La primera de ellas me la encontré inesperadamente bajo un sofá de la casa que hay en el terreno y que no usamos pues la tenemos que desmontar para construir las habitaciones del hotel. La pisé a levantar el sofá: gran error mío al no mirar antes por si había algún ser vivo debajo.
Por suerte era una boa, que no son agresivas ni venenosas, i por suerte también llevaba puestas las botas de currar. Os podéis imaginar el salto que di y los gritos que se me escaparon durante un buen rato además de que se me puso el corazón a mil por hora.
Nos recomendaron que dejáramos a la boa ahí mismo pues se come los murciélagos, las ratas y las otras serpientes venenosas. Como que no lo veíamos tan claro pedimos ayuda a Cesc* que es un entendido en animales de la zona, una especie de Steve Irwing catalano-caribeño. Estuvimos buscando la boa que pisé por toda la casa abandonada y no la encontramos. Pero finalmente Sonia encontró una más pequeña que estaba escondida bajo una biga. Cesc con toda la tranquilidad del experto en serpientes se acercó a ella, le colocó el gancho que veis en la foto y la boa se montó encima como si fueran amigos de toda la vida. La boa ahora mismo debe estar paseando por la inmensa reserva que tiene Cesc a unos
Recuerda chaval, no hay que bajar la guardia en la selva!!!
*Cesc y su esposa Àngela son los propietarios de